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miércoles, 19 de diciembre de 2012

Decimoséptima ronda: Leyendas [JAPÓN]


¿Os gustó la leyenda que publiquemos ayer? ¡Pues hoy os traemos a su contrapartida japonesa! Se trata de la historia de Kaguya-Hime (La princesa de la luz brillante). Es una leyenda muy conocida en Japón que se cuenta de generación en generación. ¡Esperamos que os guste!

Cuentan en Japón, que había una vez una encantadora pareja de ancianos que no tuvo nunca descendencia. Cierto día  el anciano fue a cortar unas ramas de bambú para recolectar brotes, y se fijó en un árbol de bambú del cual surgía luz de su interior. Cuando cortó el bambú, descubrió a un bebé en su interior, por lo que se lo llevó a casa y decidió quedárselo por entender que era un regalo de los Dioses. El bebé resultó ser una niña, y decidieron llamarla Kaguya-Hime. A partir de aquel día, cada vez que el anciano cortaba un brote de bambú, encontraba oro dentro de él, por lo que no tardaron en hacerse ricos.

Brote de bambú como del que salió Kaguya

Con el tiempo, Kaguya creció y se convirtió en una preciosa joven. Su elegancia y belleza fueron conocidas por todo el país y miles de pretendientes acudieron a conquistarla. Se dice que 5 príncipes le pidieron la mano, y la muchacha, que no quería casarse con nadie, les pidió tareas imposibles como requisito para casarse con alguno de ellos (encontrar el cáliz sagrado de Buda, encontrar una rama de oro y plata, encontrar una túnica sagrada, unas joyas de colores que brillaban al cuello de un dragón y una concha especial de las golondrinas).

Evidentemente, todos fracasaron en su intento. Pero, un día, apareció un príncipe que se enamoró perdidamente de Kaguya, pero ella también se negó, diciendo que ella no era de este planeta. Aún y así el príncipe no se rindió, ya que seguía prendado de Kaguya.

Princesa Kaguya mirando a la luna

Sin embargo, aunque la joven parecía feliz en este planeta, sus ojos se llenaban de lágrimas cuando por la noche miraba hacia la luna. Su anciano padre, preocupado por ella le preguntó el porqué de sus lágrimas y ella le respondió que realmente no era de este planeta, que procedía de la luna, y que era allí donde debería regresar en la próxima luna llena, en la que la vendrían a buscar.

Su anciano padre, preocupado, explicó el problema al príncipe, tratando de encontrar una solución a su marcha, y el príncipe decidió enviar un ejército de soldados para que custodiasen la casa de la princesa por la noche para que nadie se la llevara. Llegada la noche, cuando la luna volvió a ser llena, una luz cegó a todos los soldados y sus ánimos de luchar desaparecieron. Mientras, la princesa se despidió de sus padres, diciendo que no deseaba irse, pero que era su destino, e igualmente se despidió del príncipe mediante una carta.

El príncipe, desolado al recibir la carta, ordenó que un ejército entero subiera al Monte Fuji (la montaña más alta) y quemara la carta de la princesa, con la esperanza de que llegara a su destinataria, estuviese donde estuviese.

La princesa Kaguya sin ganas de despedirse

Años después, de la luna cayó la capa que las personas de la luna le dieron a la princesa Kaguya-Hime. Un monje, llamado Miatsu, que pasaba por ahí se enteró de la historia de la princesa y fue a ver al emperador. Le dijo que si alguna vez la luna llena aparecía más de lo debido, llevaran la capa al Monte Fuji y la quemaran. Cuando el emperador preguntó la razón, el monje le dijo que la princesa Kaguya había recibido la carta que él había quemado tanto tiempo atrás, y que se encontraba molesta por no haberse podido quedar en el planeta, por lo que había decidido convertir la tierra en un lugar como la luna: sin espacio ni tiempo, sumida en la noche eterna, para poder regresar. El emperador le pidió al monje que sellara a Kaguya en un lugar del cual jamás pudiera salir. El monje Miatsu lo hizo así, en un espejo del palacio (que fue conocido como espejo de la vida o de la luna) con los cinco objetos que la princesa había pedido a sus pretendientes, como llaves de abertura y cerradura del portal entre la luna y la tierra; de esta forma la humanidad estaría a salvo del poder de la princesa.

La princesa Kaguya se enteró por medio de un susurro de un sirviente del palacio que estaba encargado de cuidar el espejo que la mantenía cautiva del hechizo y el engaño del emperador, así que le pidió a una de las personas de la luna que hiciera que del Monte Fuji cayera fuego, lava, cenizas y gases venenosos que causaran la muerte de la región entera. La persona así lo hizo, y tomando la furia de la princesa como componente principal, creó al volcán (antes era nada más una montaña), que no hizo erupción debido a que la rabia de la princesa no era suficiente así que tenían que esperar hasta que la rabia de la princesa se acumulara y fuera la suficiente para hacer estallar al volcán. Desde entonces las erupciones del Fuji (pocas en la historia), han sido violentas, debido a la furia de Kaguya-Hime.


¿Qué os ha parecido? ¡Nos encantan las leyendas! Si tenéis alguna que os guste especialmente y queráis compartir con nosotros, solo tenéis que dejar un comentario con vuestra leyenda. ¡Ayudadnos a difundir la cultura asiática!  

1 comentario:

  1. Yo tengo una leyenda japonesa, la cual es muy comun entre los niños pequeños, ya que sus padres y madres suelen contarle esta historia para explicar el porque de la figura en la luna. Se llama Tsuki No Usagi, "el conejo de la luna" es muy divertido, se los recomiendo,busquenlo en cualquier pagina de internet, en imagenes y Google.

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